Como cada a?o que se iniciaba, cada individuo se marcaba un objetivo que alcanzar, un reto personal, algo que mejorar que los últimos 12 meses no había logrado. Pero lo dicho, eso no dejaba de ser más que una simple promesa a principios de a?o.
El a?o nuevo acababa de iniciarse, 1929, y en nuestras manos la oportunidad de elegir cómo arrancar, dejando en manos de la justicia nuestros destinos, ocultando un cadáver para seguir disfrutando de nuestra libertad... Nuestra elección estaba hecha y ahora sólo cabía esperar.